28 de junio de 2013

Dr Jekyll and Mr Hyde.-

Me salió esa entrevista de trabajo de la que te había hablado.
Me llegó el mail el lunes a las diez y media de la mañana.
Lo raro fue que no quise llamar a mis viejos o a ninguno de mis hermanos, te quería hablar a vos. Contarte que estaba saltando en una pata de felicidad y que el mismo momento en que leí el mail empecé a maquinar con las preguntas de la entrevista y la ropa que iba a usar.
Quería contarte que tengo tantas ganas de hacer algo por mi, tengo hambre de independencia, de crecer, de ser y hacer cosas nuevas, que por primera vez en mucho tiempo las cosas me están saliendo bien, que las notas en la facu mejoraron, que me encanta ir al barrio, que todo parece venir viento en popa.
Tengo ganas de hablarte, preguntarte como venís con la lesión en la pierna, si acaso me extrañas aunque sea un cachito chiquitito como un granito de arena.
Tengo ganas de ver al que creí haber conocido. A ese chico que le gustaba Almendra, que me hacía chistes, me explicaba de economía y con el que pasaba horas al teléfono todos los días. Ese chico que me hablaba de sinceridad y heridas de guerra.
Pero, yo espero al Dr. Jekyll y parece ser que en realidad sos el Sr. Hyde. 
No entiendo donde entra en el panorama tu novia y las cuestiones swingers. No entiendo donde queda el chico que mostrarte ser en toda esta historia. No entiendo la necesidad de una doble vida en tus cortos veintrés años. No entiendo tanta mentira, tanto engaño. No entiendo cómo puede ser que no me haya dado cuenta. No entiendo nada.
Parece ser que como dicen los callejeros "ya voy en tiempo de descuento y en este cuento no te encuentro"

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