23 de octubre de 2012

Parte II

Termine la cena, lave los platos y lo que había quedado del desayuno de esta mañana.
Me di un baño largo, larguísimo, el día había sido totalmente agotador. Cumplí mi ritual post baño, crema hidratante en la piel, crema para el pelo, loción en la cara para mantener la piel fresca, pijama, preparar la ropa para mañana y a la cama con un libro y la tableta de chocolate.
Busque el celular que después de la solicitud de amistad no quise tocar, no quise sucumbir a la tentación de abrir el facebook en el teléfono así que lo deje de lado.
Seguían las notificaciones del BBm y whatsapp, eran la mayoría de mis amigas y uno de Julian, uno de mis jefes, el que se casa el sábado, que decía, "tengo un amigo que cree haberte acosado esta tarde en una librería, no te preocupes que es buen tipo ;)". Tuve que leer el mensaje varias y todavía seguía perpleja.
Empecé a trabajar en el estudio hace tres años, mi amiga Pilar, tenía un amigo que se había recibido hace un año y había puesto un estudio jurídico con tres socios. Necesitaban una secretaria, pago mínimo, cinco horas de lunes a viernes, en un principio era sólo temporal, unas semanas como mucho. Acepte encantada.
Hubieron varias historias entre ellos y alguna de mis amigas, yo siempre trate de mantener las formas, me acordaba siempre de mi abuela, donde se come, no se caga me decía.
Cuando arranqué a trabajar eran cuatro abogados, Julian, Gastón, Victor y Ezequiel, todos hijos de abogados reconocidos que se estaban forjando su propio camino pero que ya venían con una base de clientes importantes. En un principio iban a contratar a un chico, pero unas semanas antes aviso que le era imposible por temas de la facultad. Tenían una teoría de que era mejor si trabajan sólo hombres, para evitar el conventillo, cuando tomé confianza una noche en un after office les dije que eran todos asquerosamente machistas, en ese momento se descostillaron de la risa, pero me terminaron dando la razón.
El pago era realmente mínimo, y entré avisando que no tenía ningún tipo de experiencia pero que tenía muchas ganas de aprender, además de querer ir haciendo un camino de a poco dentro del mundo de la abogacía. Me pusieron a prueba unas semanas, para ver si no encontraban otro chico, pero después estaban todos contentos conmigo, así que me dejaron fija. Me adoptaron como a una mas de los chicos. Desde un principio además de hacer las tareas específicas de secretaria, también prestaba atención a que la sala de recepción siempre esté limpia y presentable, que en el baño no falte el papel higiénico ni el jabón y la toalla este limpia, además de los insumos mínimos de cocina como el té, café y la yerba para el mate, aunque mucho no se tomaba.
Gastón fue con el que me lleve mejor desde un principio, el que mas paciencia me tenía, me impulsaba a hacer las cosas solas para aprender sin importar las primeras equivoaciones, además de ser el único con el que podía compartir unos mates. Se enganchó con una de mis amigas en uno de mis cumpleaños y se pusieron de novios al poquito tiempo, yo chocha de la vida. Me encanta hacer de celestina. Me enamoré de esa pareja desde el día uno.
Victor ya estaba casado cuando arranque a trabajar, siempre fue el mas serio de los cuatro, en el estudio lo veía consumido en libros, en la computadora o arriba de los expedientes, me regaló códigos y un par de tratados de derecho administrativo, que era a lo que se dedicaba él en particular y lo que mas me gustaba, la esposa es profesora de gimnasio, una rubia que cuando entra a cualquier lado casi que literalmente parte la tierra, además de tener una personalidad chispeante, mucha actitud. y Ezequiel es el típico soltero con una buena posición económica que se puede llevar el mundo por delante, era con el que menos relación tenía, principalmente porque llegaba cerca del medio día cuando yo ya me estaba yendo.
Hicimos una pequeña comunidad, con el tiempo se fueron incorporando otros abogados y estudiantes como yo, todos teníamos entre veinte y treinta años. Era casi imposible no armar lazos con la gente que trabajas durante tres años, sobretodo porque no teníamos tanta diferencia de edad, y la facultad parece que realmente nos corta a todos con la misma tijera.
Así pasaba mis días, entre la facu, el estudio, salidas con amigas, mucho gimnasio, historias que nunca llegaban a nada, visitas de Mamá y Papá por lo menos una vez cada dos meses.
Conocía a varios de los amigos de mis jefes, pero de Federico nunca había escuchado.
Ya en la cama, repasé mentalmente el cumpleaños de Julian hace dos meses, Emilia, su futura esposa, había organizado una fiesta sorpresa en un resto-bar del centro de la ciudad. Yo llegué tarde. Ese sábado me levanté temprano para estudiar y hacer un poco de apuntes, me sentía inquieta, la noche anterior había tenido una cita pésima con un amigo de un compañero de la facu que conocí por casualidad en una fiesta de fin de cuatrimestre, así que para borrar semejante fiasco, fui a correr al parque dos horas, y después de una ducha reparadora fui a merendar con una amiga de la infancia, que también se vino a estudiar a la docta, Elina. Cuando volví a casa sólo quería dormir un rato antes de salir, nunca sentí el despertador y me termine levantando a las doce de la noche. Me cambié y partí para la fiesta.
Llegué cerca de las dos de la mañana, estaba toda la gente del estudio, mas un montón de amigos de Julian y de Emilia, supongo. Flor había ido con Gastón, así que mi noche transcurrió hablando con ella y Tamara, la secretaria del estudio de la tarde, cerca de las cinco de la mañana me volví a casa.
No recuerdo haberlo visto a Federico, era un tipo difícil de olvidar, tenía rasgos masculinos muy finos, el típico tipo por el que típicamente me sentiría atraída.

5 comentarios:

JLO dijo...

abogados... noooo!!!!

pero bueno, se hace lo que se puede...

al final se salva porque es una historia de amor... salu2...

Tamara dijo...

decime que hay parte III

dejatellevar dijo...

Si, hay parte III!

Nelson dijo...

Vamos, vamos, hoy vine por mi dosis de tu historia y no salí defraudado. Dale duro a este che, que acá hay oficio...

Nelson dijo...

Perdón, quiso decir esto, dale duro a esto...