21 de noviembre de 2012

Choices.-

Me vi a mi misma rechazando una propuesta por la que suspire varias noches. Me vi hacerlo sin que me tiemble el pulso.
La historia con este pibe arranco hace poco mas de un año. 
Es un morocho interesante, muy interesante. El típico tipo que se cuida, siempre está bien vestido, bien arreglado, uñas perfectas, pelo corto, perfume espectacular, mucho lomo, una piel tan suave como la mia que suelo cuidar con cremas, exfoliantes y demás. Viene bien, por donde lo mires.
No es mi estilo de hombre, generalmente me gustan mas desarreglados, una onda mas tirando a che guevara, menos gimnasio, mas pancita cervecera. Pero, con este espécimen hermoso que nos regalo el universo tengo una química particular.
Al principio no podía creer que entre todas las minas el decidió estar conmigo, si tengo que ser sincera conmigo misma todavía me inhibe un poco, pero sé que son rollos míos (tantas horas de diván y el temita con el autoestima todavía no lo tengo superado).
Nunca tuvimos nada que no sea sólo cama.. Para mi, él siempre representó el escape a NN. Cada vez que las cosas no andaban bien entre nosotros, por arte de magia, aparecía este morocho divino que me hacía ver   las estrellas un rato y después se iba. Mas allá de la atracción sexual puedo decir que entre nosotros no pasa naranja. 
Siempre encasille a los hombres que pasaron por mi vida en: los novios, algo menos que novio pero mas que un hueso (acá hay charlas, quedadas a dormir, salidas en conjunto, planes de sábado a la noche sólo con él para mirar peliculas o comer algo, etc.), y el hueso, que puede ser algo de una noche o algo que se repita un par de veces, pero no pasa de la cama. Esta de más decir que el morocho infartante se ubica en el último casillero
El tema es que hace un tiempo vengo laburando con la psicóloga mi gran problema con el conformismo. 
Estar por estar con alguien, por no bancarme estar sola. 
En mis veinti-pico  de años puedo decir que tuve tres relaciones con título y, el resto del tiempo había algún que otro hueso para roer.
Banco a muerte las "one night stand", el sexo casual, el famoso hace lo tuyo y andate. Me resulto cómodo, divertido, una forma de sacarse las ganas sin complicaciones, sin ataduras, disfrutar el momento y pasarla bien. Pero ahora no creo que me llene en lo mas mínimo.
Hace meses que este cuerpo tiene menos acción que comedia románica yankee, y sin embargo no estoy sedienta de lo que implica el sexo en sí, sino, de la intimidad con otra persona. No sólo la calentura, sino, todo el combo. 
No quiero el vestite y andate, quiero el quedate esta noche en casa, compartamos mañana el desayuno, haceme cucharita un rato. Quiero los arrebatos de calentura, pero también las caricias sinceras. Quiero alguien que me quiera bien, no que sólo me quiera cog*r. Quiero poder compartir algo más que la cama, algo mas que el deseo.
Y, hasta que no consiga alguien que quiera todo eso conmigo, prefiero estar sola. Quiero darme el tiempo para entenderme y descifrar este tango chino que puedo llegar a ser.
En fin, este fin de semana, después de no contestar el mensaje a I, tome una decisión: BASTA DE HUESOS. 
Ahora es a todo o nada. Si, soy extremista y me la re banco (hasta nuevo aviso, obvio)

1 comentario:

Vale dijo...

Te felicito por la decisión, es difícil, pero seguramente el esfuerzo valga la pena.
Bien ahí.
Ahora yo te diría... ¡Tené paciencia!