Nos separamos porque una vecina estaba saliendo del edificio, puedía sentir que mi respiración estaba algo agitada, el se veía impasible.
Subimos al auto, me da otro beso y esta vez directamente siento que dejo de respirar.
Llegamos al resto-bar pasadas las nueve y media, era mas bien rústico, me encantó a penas puse un pie adentro. Pasamos a saludar a su amiga y después vamos directamente al patio, tenía un cantero con muchas plantas y flores que rodeaban todo el cuadrado, varias mesas de madera oscura con sus respectivas sillas y otras de alambre con vidrio y sillas del mismo alambre, como esas viejas de jardín, cada mesa tenía esas velas que a mi particularmente no me gustan para nada.
Elegimos la mesa y lo primero que hago cuando nos sentamos es apagar la vela, Fede me mira y se ríe - A mi tampoco me gustan mucho las velas, pero vos tenes una pasión por matar el romanticismo- Nos reimos los dos.
Pedimos una tabla que tenía absolutamente de todo y una cerveza, no sabía cuanto alcohol podía soportar mi estomago después de lo de anoche, pero no tuve quejas.
Comimos y hablamos un montón Surgió primero el tema de la familia, cuando hablaba de mi abuela materna, me preguntó por mis otros abuelos y se me hizo un nudo en la garganta.
- La mamá de mi papá falleció cuando yo tenía cuatro años, el papá de mi mamá falleció al poco tiempo, con mi abuela materna prácticamente me crié, imagínate que de parte de mamá soy la nieta mas grande y encima la única nena.- Me dio una mirada llena de ternura, siempre me miraba así cuando hablaba de mi familia.- Y mi abuelo paterno falleció hace tres meses- se me llenaron los ojos de lagrimas, él no dijo nada y por primera vez que sentí que necesitaba compartir la historia con alguien - es duro todavía para mí, la última vez que lo vi estaba internado, con cables y tubos por todos lados, Papá había venido y se pasaba todo el día en el sanatorio, yo salía de clases y pase a verlo, hablamos de mi mamá, de la facu, me pidió un té, fui a hablar con la enfermera para que se lo lleve porque Papá había salido, cuando volví estaba dormido, me superó la situación y me aterró la idea de perderlo así que solamente me fui. Ni siquiera tuve los ovarios para darle un beso y despedirme de él, porque sentía que me iba a desarmar en ese momento. Volví al departamento llorando y Papá me dijo que no hacía falta que vuelva al sanatorio, que el abuelo sabía que yo estaba con el. - Ya estaba mas serena mientras seguía hablando, Fede me agarró la mano, tome aire y seguí- Salió unos días después del sanatorio, Papá volvió a Misiones porque parecía que iba a estar mejor, esa semana yo estaba tapada de parciales y me había prometido ir a visitarlo a la casa la otra semana, ese viernes entro en terapia intensiva, yo sabía que no podía verlo, mis viejos vinieron y se quedaron la semana entera, al abuelo le dejaron de funcionar los órganos de a uno, y yo todos los días me quería armar de valor para entrar a verlo pero no quería ese último recuerdo de él. Esa semana era ir al estudio y volver a casa, miraba el teléfono cada dos segundos, fue insoportable. El miércoles a las tres de la tarde Papá volvió a bañarse y comer algo antes de volver al sanatorio, sabiendo que mi abuelo estaba ya en las últimas horas, cuando llamó mi tío para decirme que había fallecido. Pude sentir que algo adentro se me quebraba, fue una tortura ir a su casa, sentir todos los olores tan familiares que en ese momento eran distintos, pasamos el velorio y todo lo demás, el domingo mis viejos volvieron a Misiones y yo me quedé sola, desde ese día tuve sueños raros con gente que me perseguía mientras yo buscaba a mi abuelo y me terminaba levantando exactamente a las cuatro y trece de la mañana angustiada o llorando. Me sentía sola y vulnerable todo el tiempo, me decías hola con un poco de cariño y me transformaba en una canilla abierta. Mi vieja estaba preocupada, les contó a mis tíos y me estuvieron encima un mes entero. Las pesadillas eran la peor parte, hasta como un mes después, soñé que él me protegía de la persona que me estaba persiguiendo y me decía que estaba bien, que todo iba a estar bien. Se terminaron las pesadillas, pero es como si yo todavía no lo puedo dejar ir. No sé, fue al que mas me apegue cuando me vine a estudiar acá, el me abria las puertas de su casa cada vez que necesitaba contención hablábamos de miles de cosa, conoció a muchos de mis amigos, siempre se preocupaba y me llamaba dos o tres veces por día cuando llovía o hacía mucho frío para decirme que me abrigue, era como una especie de papá acá, una cara familiar, que me hacía olvidar de todo, y yo simplemente no lo puedo dejar ir, estoy re loca, ya sé- Le doy una sonrisa algo tímida y me quiero tirar abajo de la mesa de la vergüenza de haber dicho todo eso sin parar a respirar dos segundos.
-Es totalmente entendible lo que te pasa, me encanta que tu familia sea tan importante para vos, demuestra la clase de persona que sos. Date tiempo - me acaricia la mejilla y se acerca - Va a pasar, con el tiempo va a pasar- me susurra al oído.
Quiero que me abrace y llorar hasta mañana en su abrazo, pero recobro la compostura y empiezo a hablar de cualquier cosa después de darle una mirada cómplice de agradecimiento.
Comemos, pedimos mas cerveza, nos reímos y nos volvemos a poner serios cuando tocamos el tema de las ex-parejas. Me cuenta que en realidad nunca tuvo una novia, lo que se dice novia con todas las letras. Salió casi tres años con una chica pero no hacían las típicas cosas de pareja, estaban cuando los dos tenían ganas, no se veían tan seguido, pero para los dos funcionaba, de otra forma se habría sentido ahogado me dijo, tampoco eran del todo exclusivos, eran una companía el uno con el otro, pero nunca hubo amor. A medida que me iba contando más de la relación a mi se me prendían todas las alarmas de alerta, definitivamente tenía un problema con el compromiso. Yo lo deje hablar, no hice casi preguntas, hasta que llegó mi turno.
Le conté de la única relación que me había marcado desde que llegué a Córdoba, a grades rasgos, fue algo lindo al principio, después las cosas se fueron poniendo difíciles, nos alejamos, yo me enganché mas que él, al principio pensé que me iba a conformar con lo que me daba, pero cada vez que nos veíamos era una pelea constante, me hizo dudar de todo, hasta que supe que no me podía seguir conformando, que merecía alguien que me quiera como yo lo quería, alguien que me respete y me cuide, entonces, me alejé. Me costó horrores, fueron casi dos años de idas y vueltas hasta que decidí hacerme fuerte y decirle basta. Después de eso me prometí a mi misma nunca más volver a conformarme, sabía lo que valía. Recalqué esa promesa conmigo misma para darle a entender que no me boludee, no estoy para juegos. Me miró y medio asintió con la cabeza.
Terminamos la tabla y me dijo que en el lugar hacían helados caseros, le dije que mi debilidad era el helado y el chocolate, imposible resistirme.
Pedimos una copa helada para compartir, la resaca me da hambre, sentía que podía comer una vaca cruda e igualmente iba a tener la sensación de seguir con hambre.
Mientras atacaba la copa gigante de helado el me miraba.
-Me encanta que no seas la típica mina que sale y como dos hojas de lechuga, es insoportable.
-Esto, es la resaca hablando por mi, no degluto la comida como desaforada en otras ocasiones - Nos reimos los dos.- pero bueno... cambiando de tema, por qué no me saludaste el día del cumpleaños de Julian? Digo, si taaantas ganas tenías de conocerme - quería sonar seria pero me estaba muriendo de la risa revoloteando la cuchara y poniendo los ojos en blanco. Era la exageración en persona.
Se ríe -Si, realmente tenía ganas de hablar con vos esa noche. Te vi cuando te acercaste a saludar a Julian, nosotros estábamos en la mesa, pero vos nunca te diste vuelta a mirar, después estuviste hablando un rato largo con Ezequiel y la verdad pensé que tenias algo con él, después bailaste con el misma flaco que anoche no te sacaba los ojos de encima- yo lo mire con cara de no se de que carajo me estás hablando- el alto de rulitos - me aclaró y sabía que se estaba refiriendo a Nicolás- En fin - siguió - después estuviste con la rubia y la novia de Gastón, y cuando dije, bueno ahora es mi momento de encarar, saliste volando, al ratito se fue Ezequiel y pensé que se habían ido juntos
-Vos si que tenés buena imaginación- le digo riéndome y comiendo mas helado.- Son mis jefes y nada más, jamás se me pasaría por la cabeza estar con alguno de ellos, desde que entre a trabajar al estudio a eso lo tenía muy claro.-le digo perdiendo todo resto de humor.
-Si, ya sé. Hablé con Julian el jueves que te vi en la librería- me dice totalmente relajado, como al pasar
-Que hablaste con Julian?-me moría de la intriga
- Ese día del cumpleaños, Gaston me había presentado mas o menos a la novia, y cuando te vi hablando con ella, le pregunté quien eras, me contó que laburabas en el estudio nada más y no pregunté mucho, porque, de nuevo, pensé que tenías algo con Ezequiel. Pero cuando entraste a la librería fue mas fuerte que yo, lo llame a Juli cuando llegue a casa y no te podía encontrar en facebook, me dijo que ibas al casamiento, le pregunté directamente que onda con Ezequiel y me dijo que con todos ellos si bien, había buena onda, siempre estuvo primero la relación profesional. Después le pregunté tu apellido diciendole que no te podía encontrar y que me parecía mucho mandarte directamente un mensaje al celular, ahí el me sugirió tu amistad en Facebook- mientras me contaba todo esto estaba tentado, como si ni él se lo podía creer- Creo que nunca perseguí de esta forma a ninguna chica- en ese momento que quedé helada.
-Bueno, me alegró que lo hayas hecho.- me acerque a él - me encanta que me hayas perseguido - le susurre y después le di un beso que el no tardó en intensificar.
Estacionó en la puerta de casa, era cerca de la una de la mañana y estábamos en el auto besándonos como si se nos fuera la vida en eso. Tuve que frenar mis ganas de hacerlo pasar a casa. Cuando nos separamos me ardían los labios.
- Me encantó la primera cita, si tenés ganas nos vemos en estos días - Lo vuelvo a besar pero con mas ternura.
- Te veo mañana, no en estos días. Subí que es tarde y no quiero que arranques mal tu semana por quedarte hasta tarde conmigo. - me devuelve el beso.
Sentía que no lo podía soltar - Mañana?- le pregunto sobre sus labios
- Si, a que hora salís del estudio? Almorzamos juntos? - me contesta separándose de mi y acariciándome la mejilla
- Salgo a la una, te escribo para ver donde nos vemos. - y lo vuelvo a besar.
- Si seguimos así no voy a dejar que te vayas a dormir. Te espero a la una abajo del estudio. - me besa mas profundo
Me separo un poco para tomar aire -Tal vez no quiero que me dejes ir a dormir - lo miro desafiante.
- No me lo digas dos veces que te voy a tomar la palabra. Me volves loco. - para ese momento volvemos a ser solo lengua, labios y caricias.
Me voy alejando despacito, disminuyendo la intensidad de los besos - Te veo mañana, si no podés me avisas, ni se te ocurra dejarme colgada.- A penas rozo sus labios con los míos - te veo mañana.
- A la una, en el estudio. Si no me vas a dejar subir por lo menos dame un buen beso de despedida - me agarra la cara y me besa duro, intenso, profundo.
Me bajo del auto sin aliento, con las piernas flojas.
Cuando pongo un pie en el departamento oscuro me arrepiento de no haberlo invitado.
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