21 de mayo de 2012
Gino.-
Cuando era chica fuiste ese abuelo que no veíamos nunca por la distancia pero siempre estabas, un llamado, un regalo. Fuiste el que me dio mi primera Barbie, el que toda su vida me llamo "Chelita". Fuiste la primera persona alérgico al pescado que conocí en mi vida y el que siempre decia lo primero que se le pasaba por la cabeza, el filtro a la hora de hablar no tenia lugar en tu cabeza. Fuiste el que me enseño como estirar las camisas sin plancharlas y el único que me banco en mi época de peluches gigantes. Fuiste siempre el primer llamado de la familia el 31 de diciembre para decirte feliz cumpleaños. Fuiste el de la voz tan gruesa que cuando te enojabas me dabas tanto miedo que me tenia que esconder atrás de papá.
Nos conocimos en serio cuando me vine a estudiar. No me olvido mas de los almuerzos que nos hacia Carmen de supremas, arroz amarillo y ensalada, la cantidad de veces que nos contaste la historia de la familia, las gomitas del postre que comprabamos en lo de Ariel, tus manos siempre frias, el dolor en el pecho que sentía cada vez que me iba de tu casa, los llamados a cualquier hora para hacernos acordar que pongamos llave en la puerta, que estudiemos, que si íbamos a la cancha nos abriguemos, que comamos sano, que te llamemos y visitemos mas seguido.
Hoy cierro los ojos y puedo sentir el olor de tu casa, puedo verte sentado en lo de alguno de los tíos con tus guantes de cuero y el poncho rojo, puedo revivir nuestro ultimo almuerzo y tus ganas de que siga militando, que sea alguien brillante en esta vida, la heladera casi vacía solo con una coca, dulce de batata, queso, y algun que otra ciruela, los papeles de los tíos en el patio, las fotos de todos tus nietos que ocupaban casi una pared entera, tu dolor cada vez que hablabas de Juan Manuel, la entrada de la casa, las juntadas de los 20 nietos, los recuerdos de la abuela.
Hoy, si pudiera volver el tiempo atrás solo pediría un minuto mas con vos esa tarde en el sanatorio hace dos años, pediría poder decirte te quiero, te voy a extrañar tanto que me van a doler los huesos.
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2 comentarios:
Va a doler desde los huesos hasta lo más profundo, ese dolor que tiene mucho más de metafísico que otra cosa...
Saludos
J.
Todo pasa...
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