29 de mayo de 2012
El castillo.
Estábamos tan desesperados por amarnos que construimos nuestro castillo con base de papel, sobre arenas movedizas. Pensamos que eso iba a ser suficiente, y por un tiempito realmente lo fue.
Hasta que llego la primer tormenta, y si bien, la casa no se derrumbó las humedades y grietas en las paredes eran cada vez mas visibles.
El castillo de alguna forma perdió su esplendor. Ya no podíamos bailar y reírnos como antes porque si lo hacíamos la estructura entera amenazaba con desaparecer.
Solo nos quedaba dormir, hablar, contarnos nuestras cosas, llegar a conocernos como nunca antes, estábamos mas enamorados que nunca, entonces nos pusimos en campaña para tratar de tapar las grietas, pero los esfuerzos fueron en vano.
Cuando no quedaron mas palabras por decir y nos terminamos por aburrir de mirarnos las caras, cada uno decidió ir a su cuarto. Estaban enfrentados, así, cada vez que nos extrañábamos o nos sentíamos solos, podíamos salir a espiar al otro, imaginando que seguíamos compartiendo nuestras vidas.
Mi pieza estaba hecha de miles y miles de piedras con una pequeña puerta por la que no pasaba la mayoría de las personas, había que martillar, trabajar un poco para poder entrar. La tuya era tan chiquita que entrabas solo vos, estaba llena recuerdos, heridas, rencores, cientos de fotos de algún amor.
Una noche helada de junio llego una tormenta que nadie había anunciado y nosotros no estábamos preparados, el castillo, a duras penas había resistido la tormenta anterior. Los dos sabíamos que ésta nos iba a dejar solo ruinas.
Salimos desesperados una vez mas hasta el marco de nuestras puertas, pero era demasiado tarde. En tu pieza no entrabamos los dos, no te querías despojar de tus recuerdos, tus tesoros, como solías decir. Por mi puerta no pasabas, en algún momento te cansaste de martillar todos los días y decidiste dejar de intentarlo, las piedras estaban tan fijas que era imposible penetrar.
Ahí estábamos los dos, gritándonos sin poder entendernos.
Ahí estábamos los dos viendo como la arena nos consumía, sin poder hacer nada, sólo nos quedaban los recuerdos de todo lo que significo ese amor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Muy bien relatado el auge y caída del amor. Creo que nunca leí algo semejante, contado con tanto sentimiento.
El único detalle que desluce un poco el texto es la falta de unos cuantos tildes, pero bueno, eso siempre puede corregirse.
Saludos
J.
Con los acentos tenemos una relación de amor/odio.. pero ya nos vamos a entender! jajaja
Saludos!
Es triste, pero suele pasar--
Un saludo.
Me encantó cómo lo escribiste, muy linda descripción.
Un beso
muy buen texto y tan claro!!
Publicar un comentario